En un mundo cada vez más conectado, la tecnología se ha convertido en una herramienta esencial para la comunicación, el entretenimiento y el acceso a servicios. Sin embargo, mientras los jóvenes y adultos de mediana edad navegan con relativa facilidad por el mundo digital, las personas de la tercera edad enfrentan desafíos únicos que los hacen más vulnerables a riesgos como el fraude en línea, el robo de identidad y el malware.